A veces, lo único que nos pasa es la vida. Ni estamos enfermos, ni lo que sucede es una anomalía, ni todos los sufrimientos han de ser anestesiados, ni hay que salir corriendo ante la tensión o la duda. Lo que necesitamos es conocer, intentar comprender hasta donde sea posible, ser conscientes de lo que supone cada cosa y sabiduría para vivir.
Entiendo al acompañante filosófico como alguien que facilita iniciar o restablecer el diálogo con uno mismo o con las circunstancias concretas del momento; entendido el diálogo como un poner en relación ideas, experiencias o cualquier otro componente de la vida humana. El acompañante filosófico no enseña técnicas comunicativas ni hace terapéutica del comportamiento, sino que vela las condiciones que posibilitan este diálogo interior y vital para garantizar la corrección formal y vital de los discernimientos, la toma de decisiones y el desarrollo del ser.
A veces, el acompañante filosófico deviene una especie de filósofo de cabecera, alguien que atiende la salud existencial de la persona, el interlocutor con el que compartir ciertos hitos de la vida, así como el proceso de fondo de desarrollo del ser. Incluso las nebulosas que, con toda probabilidad, atravesamos en algún momento de la vida, requieren de un diálogo bien sea para esclarecerlas, bien sea para lograr vivir en ellas sin perder el norte ni perecer en el entretanto.
Aun cuando el acompañante filosófico no haga propiamente terapia, sí considera lo que Viktor Frankl denominaba «neurosis existenciales», las «enfermedades ónticas» de Alfredo Rubio o, más recientemente, las «patologías de la inacababilidad» de Daniel Innerarity. Porque, a veces, el ser humano padece en su humanidad; y la antropología filosófica nos adentra en un proceso que también tiene algo de sanación por la vía del conocimiento, la consciencia y la responsabilización.
Como describe J.M. Esquirol: «Un diálogo auténtico es como un canto a dos voces. Nos decimos el mundo, y nos decimos a nosotros mismos en un decir que es pensar. Por eso el diálogo —el pensar juntos— es mucho más que un simple intercambio; es contacto y compañía que dice, celebra y, al mismo tiempo, se protege del mundo.»
¿Qué se hace en un acompañamiento filosófico? |
conocer y reconocer la propia realidad, así como la ajena y la circunstancial; |
a distinguir lectura e interpretación de los hechos; |
revisar lo que afecta a la comunicación; |
identificar expectativas fundadas e infundadas; |
iluminar, enriquecer y fundamentar la reflexión y ulterior posicionamiento; |
formular y considerar respuestas posibles, incluyendo en estas, actitudes vitales; |
asumir la inexistencia de respuestas o dificultad de comprensión, y buscar la colocación personal ante ello; |
desenredar componentes psicológicos, emocionales, conceptuales y espirituales que coinciden en ciertas experiencias para así dar a cada uno el cauce adecuado... |
Servicios:
Encuentro personal:
(Presencial —Barcelona— y por Skype)
- Sesiones de, aproximadamente, una hora de duración.
- Primera entrevista gratuita y sin compromiso de continuidad.
- Cultivo de la actitud filosófica que conlleva atender, escuchar, contemplar, preguntar y preguntarse, leer, reflexionar, interpretar, nombrar y callar para, como fin de todo ello, ir viviendo de un modo acorde a esta dinámica.
Entrantes Cuatro sesiones de aproximadamente una hora para enmarcar un tema concreto; lo preciso para situarse en él. Para algunos, suficiente para seguir por su cuenta. Para otros, abrir boca y ganas de seguir con el interior del cuadro. Re-situarse: buscando acomodo en el presente El transcurrir de la vida humana implica afrontar cambios de etapa en distintas ocasiones a lo largo de la vida. Cambios previstos o imprevistos, elegidos o impuestos, apetecibles o aterradores, alentadores o desazonadores |
Encuentro con entidades y agrupaciones
Dirigido a entidades y agrupaciones que deseen iniciar o respaldar procesos de revisión y reorientación, comunicación, fortalecimiento de equipo, etc.
Asesoría de contenidos, revisión de postulados y proyectos desde una perspectiva crítica y ética. Acompañamiento de todo el proceso.
Preguntar puede ser una puerta para conocer. No dudes en pedir información, sin compromiso, acerca de este servicio.